Este 21 de octubre se conmemora el Día Internacional del Ahorro de Energía, una fecha que año a año toma mayor relevancia, al promover la concientización sobre la necesidad de implementar iniciativas y sistemas que fomenten un consumo energético responsable en todos los ámbitos de la sociedad. Este desafío no solo tiene un impacto ambiental, sino que incide directamente en la recuperación económica y la productividad de empresas y organizaciones alrededor del mundo.
El mundo enfrenta una crisis energética sin precedentes. Según un reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AI), los sectores industriales y empresariales están atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia, donde la volatilidad de los precios del suministro y el riesgo de desabastecimiento amenazan la competitividad y continuidad operativa de las empresas. En naciones como China, se han venido adoptado medidas para racionar el consumo, y en otras regiones se experimenta un notable aumento en los costos energéticos, lo que afecta tanto a empresas como a consumidores.
En Colombia, los precios de la energía han mostrado un incremento considerable en los últimos años. Según la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), las tarifas del servicio de energía eléctrica tuvieron un aumento promedio del 22% en el último año. Además, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) muestra que en los últimos dos años, la inflación en los costos energéticos ha alcanzado un 15%, afectando principalmente a los sectores industriales y comerciales que dependen de la estabilidad de estos insumos para mantener su competitividad.
De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, el sector industrial consume aproximadamente el 36% de la energía en el país, lo que subraya la necesidad de implementar soluciones innovadoras que mejoren la eficiencia energética. En este contexto, es crucial que las empresas inviertan en tecnologías sostenibles para reducir el consumo y mitigar los costos operativos.
“Hoy más que nunca, el ahorro de energía no solo es una cuestión de sostenibilidad ambiental, sino de supervivencia empresarial. En el Clúster Andino, estamos comprometidos en acompañar a las empresas a optimizar su consumo energético, utilizando tecnologías avanzadas que no solo mejoren su productividad, sino que también les permitan ser resilientes en un entorno energético tan complejo como el que enfrentamos actualmente.” Javier Ortiz, Presidente del Clúster Andino.
¿Qué podrían hacer las empresas?
Ante este panorama, las empresas pueden adoptar varias soluciones para reducir el consumo de energía y mantener su competitividad. Entre ellas se destacan:
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Implementación de fuentes de energía renovable: La instalación de paneles solares o el uso de fuentes renovables es una solución a largo plazo que puede reducir la dependencia de la red eléctrica y disminuir costos.
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Mantenimiento preventivo y predictivo de equipos: Herramientas como AVEVA Connect permiten realizar un monitoreo constante del estado de los activos, optimizando su rendimiento energético y evitando paradas no planificadas.
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Iluminación eficiente y sistemas HVAC inteligentes: El uso de luces LED y sistemas de climatización inteligentes, gestionados a través de plataformas como EcoStruxure Building Operation, ayuda a reducir considerablemente el consumo energético en edificios comerciales e industriales.
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Uso de tecnologías de automatización y control energético: Plataformas como EcoStruxure Power de Schneider Electric permiten una gestión inteligente y digital de la energía, reduciendo desperdicios y optimizando el consumo en tiempo real.
Este Día Internacional del Ahorro de Energía nos recuerda la necesidad urgente de repensar nuestros hábitos de consumo energético y adoptar soluciones innovadoras que nos permitan ser más eficientes y sostenibles.