El siglo XXI está siendo testigo de la cuarta revolución industrial y, con ello, de la Electricidad 4.0. Cada era de la transformación en los modos de producción y el desarrollo tecnológico ha venido acompañada de la evolución de la electricidad.
En el marco de la primera revolución industrial (hace cuatro siglos), la electricidad tuvo avances importantes con los primeros usos prácticos; en la segunda revolución (siglo XIX) la electricidad llegó masivamente gracias a las primeras centrales eléctricas; en la tercera revolución (siglo XX) se impulsó el desarrollo de las energías renovables.
En la actualidad, estamos viviendo un punto de inflexión en el proceso industrial con el desarrollo del IoT y la automatización pues, en paralelo, hay una convergencia de lo digital con lo eléctrico que está cambiando el uso de la energía promoviendo así su eficiencia y sostenibilidad.
La electricidad 4.0 representa el cambio en el mindset de las personas en relación con la necesidad urgente de establecer medidas para parar el aumento de la temperatura global. Lo digital permite recopilar datos en tiempo real con el objetivo de analizar patrones de consumo y tomar decisiones al respecto y lo eléctrico significa descarbonización porque mediante la electrificación se posibilita el acceso a energías limpias como la solar, eólica y reemplazar los sistemas que utilizan los combustibles fósiles.
Ciclo sustentable
De acuerdo con información de las Naciones Unidas 80% de la energía que, actualmente, se produce en el mundo proviene de los combustibles fósiles los cuales son los responsables de más del 75% del total de las emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI) y cerca del 90% de todas las emisiones de CO2. Desde la década de los noventa, los GEI han aumentado más del 50% encendiendo las alarmas sobre las consecuencias catastróficas del cambio climático.
Para reducir la huella de carbono existen, principalmente, dos vías: la eficiencia energética y el aumento de fuentes renovables. Para ser eficientes existe un proceso cíclico que incluye 4 elementos: medición, análisis, corrección y ahorro. En el caso de la eficiencia energética este modelo implica conocer las características del consumo, qué es lo que más está demandando energía, cómo y cuánto. Posteriormente, se analiza la información para conocer los patrones uso y, a partir de esa información, se pueden tomar medidas correctivas que permitan el ahorro de este recurso.
Así, es necesario desarrollar soluciones innovadoras para alcanzar un futuro sostenible y resiliente, que conjuguen la digitalización y la electricidad para aumentar la eficiencia energética.
Schneider Electric propone un modelo que se basa en tres niveles. El primer nivel corresponde al de equipos conectados (UPS, interruptores en aire, medidores, tableros, etc.) que están diseñados para para medir y recopilar datos operativos en tiempo real.
En el segundo nivel se ubica el Edge Control donde todos los datos recopilados en el nivel uno son procesados por expertos para controlar y supervisar los equipos instalados en lugares físicos y geográficos distintos. Aquí, hay una persona experta que controla la gestión, corrige y toma decisiones con base en su experiencia.
El tercer nivel contiene lo relacionado con Apps y servicios específicos, como la electricidad 4.0, cuyo proceso para digitalizar la energía se basa en una amplia variedad de tecnología que va desde el uso de máquinas inteligentes, redes informáticas, IA, dispositivos, software y aplicaciones.
Este último nivel, a diferencia del segundo, proporciona análisis y recomendaciones para tomar decisiones sobre la optimización de los equipos y las operaciones, lo cual es un must dentro del monitoreo y la gestión de instalaciones de misión crítica, como lo es en la operación de la industria y sus centros de datos y cualquier lugar donde se resguarde los aparatos o dispositivos neurálgicos de las operaciones.
La electricidad 4.0 permite controlar la energía y, con ello, las empresas impulsan el cumplimiento de sus metas en la reducción de la huella de carbono y de sostenibilidad.